Síntomas Parkinson
La enfermedad suele iniciarse de forma sutil y paulatina.
La sintomatología de la enfermedad de Parkinson puede dividirse en dos, síntomas motores y no motores.
Los síntomas Parkinson motores son:
– Lentitud y dificultad de movimiento
– Rigidez
– Temblor
Estos provocan importantes dificultades en las actividades de la vida diaria, en diferentes momentos; por ejemplo, al caminar, girar en la cama, escribir, etc.
Los síntomas Parkinson no motores son entre otros:
– Voz más débil y monótona
– Cara inexpresiva
– Ansiedad, depresión
– Trastornos sueño: insomnio, sueño fragmentado, sueños vividos
– Estreñimiento
– Disminución sentido del olfato
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El temblor, quizá es el síntoma que antes se relaciona con la enfermedad de Parkinson . Es el síntoma más conocido, aunque no está siempre presente. Es más evidente en reposo, se reduce cuando la persona está relajada, disminuye al realizar un movimiento voluntario, desaparece cuando la persona duerme y empeora ante estados de ansiedad, emociones, concentración mental… .
La intensidad del temblor también aumenta al caminar. Puede aparecer unilateralmente, y varía según la fase evolutiva de la enfermedad. Mandíbula, lengua y cara son los últimos en afectarse.
En la mayoría de los casos no es invalidante.
Rigidez muscular consiste en una resistencia o falta de flexibilidad para mover pasivamente las extremidades. Con la progresión de la enfermedad puede volverse severa. La ejecución del movimiento se ve entorpecida por la rigidez.
La rigidez por si sola no es incapacitante, pero unida a la lentitud de movimiento, provoca torpeza motora tanto en movimientos finos, como al caminar así como trastornos de la postura. Puede dar lugar a dolores y calambres musculares.
Bradicinesia o lentitud de movimiento es uno de los síntomas más habituales e incapacitantes existiendo un retraso y lentitud al iniciar el movimiento voluntario, así como una pérdida de los movimientos automáticos. También debido a ello existe una fatigabilidad en los movimientos repetitivos de manera que se pierde la armonía del movimiento.
Afecta, por tanto, a diferentes tipos de movimientos :
– repetitivos ( cepillarse los dientes, remover una cacerola).
– Secuenciales (abrocharse una serie de botones)
– Automáticos (parpadear, tragar, balancear los brazos al caminar)
– voluntarios (caminar, vestirse, levantarse de una silla, escribir).
En la enfermedad de Parkinson existe una tendencia a un mayor aumento de tono muscular de los músculos flexores respecto de los extensores, como consecuencia de ello, se provocan alteraciones de la postura: adoptando la actitud flexa típica con inclinación del tronco y la cabeza hacia delante; brazos por delante del cuerpo; los codos, rodillas y muñecas semifllexionados.
Estos trastornos de postura no hacen más que empeorar la deambulación. Trastornos del equilibrio y la marcha, la marcha se realiza lenta, a pasos cortos y torpes , se producen bloqueos , sobre todo después de periodos de inactividad, al pasar por lugares estrechos o con muchos obstáculos
En ocasiones aparece el fenómeno de la festinación, pasos cortos y rápidos con aceleración creciente, a veces imposible de frenar que provoca al enfermo de Parkinson numerosas caídas.
Los giros sobre si mismo son lentos y torpes y en ocasiones pueden propiciar caídas.
Así pues la marcha que realiza un afectado de Parkinson es una marcha inestable, donde puede haber trastornos del equilibrio por la pérdida de los reflejos posturales y de las reacciones de enderezamiento ante cambios bruscos de posición.